La llegada de Estrella Palacios a la Presidencia Municipal de Mazatlán, abre un nuevo abanico de posibilidades para una ciudad que a lo largo de los últimos seis años no tuvo liderazgo ni proyecto.
El momento mazatleco, producto en buena parte de la consolidación de la autopista Mazatlán-Durango y reflejado en decenas de grúas construyendo rascacielos por el malecón, para el mazatleco promedio ha derivado en un aumento nunca visto del precio de la vivienda, una operación fallida de los servicios públicos y problemas cada vez más ineludibles de movilidad. El reto es grande.
Los Gobiernos de Morena en la ciudad, parece han carecido de un proyecto real. El primero de ellos se pegó a las iniciativas del gobierno de Quirino Ordaz, pero no le sumó nada. La oportunidad de hacer equipo con un gobernador mazatleco, se perdió por frivolidades, un dispendio populista que un lustro después luce aún más penoso y la falta de la más mínima voluntad siquiera para escuchar a la sociedad porteña. El segundo fue un trienio perdido.
La coincidencia de la llegada de López Obrador y Benítez Torres al poder, fue vista por muchos como la mayor de las suertes. Que ambos se conocieran era un milagro que habría de fructificarse en la consolidación de un sinfín de proyectos. Nada más falso. El Gobierno Federal fuera de los programas sociales invirtió muy poco en la ciudad de Mazatlán durante en el sexenio. Rompiendo la dinámica favorable del sexenio anterior.
Los 500 millones de pesos que ejercería la SEDATU acá, se fueron en la reconstrucción del Puente del Quelite, la carísima reconstrucción de la Casa del Marino, un parque en la Colonia Flores Magón y en hacer una obra en la Colonia Juárez que no se entiende y no se ve para cuando podría ser concluida.
Ni un proyecto de gran calado. Ni un puente hacia el sur de la ciudad, ni un programa de construcción de vivienda popular. Ni una universidad tecnológica, ni una sola iniciativa de modernización. Todo esto producto de la nula capacidad de gestión de los Gobiernos municipales. Si alguna vez salieron de viajes fue a pachangas como el Tianguis Turístico de Madrid y la inauguración del AIFA en la CDMX.
Hay gobiernos que si han podido, solo como ejemplo, el de Cancún, donde el Gobierno Federal construyó el puente Vehicular Nichupté de 7,847 millones de pesos, tres veces superior al Baluarte Bicentenario, la mayor inversión de la historia dedicada a mejorar Mazatlán.
Mazatlán necesita proyectos y concretarlos. La primera presidenta municipal de la historia tiene todo lo que se necesita para gestionar directamente con el Gobierno Federal. El plan de 74 mil millones de pesos que le presentó el Gobernador Rocha Moya a la presidenta Sheinbaum, puede sonar de gran tamaño, pero no significa que sea suficientes para una ciudad como la nuestra, pilar del desarrollo en el Estado.
Es necesario que la coincidencia de dos mujeres en el Poder, le signifique algo a Mazatlán, que acá también llegue inversión extranjera, que acá también llegue nearshoring y se hable de construcción de infraestructura.
El primer reto de Estrella Palacios lo tiene en la Ciudad de México, ahí tendrá que negociar mucho de lo que nuestra ciudad necesita. Ha demostrado tener con qué.