Mazatlán, Sinaloa, 28 de mayo de 2025. – La sierra de Sinaloa enfrenta una de las temporadas de incendios forestales más críticas de los últimos años. Municipios como Concordia y Badiraguato han sido los más afectados, con miles de hectáreas consumidas por el fuego, lo que ha encendido las alarmas de las autoridades ambientales y de protección civil.
De acuerdo con Roy Navarrete Cuevas, director del Instituto Estatal de Protección Civil, los incendios han sido provocados por una combinación de factores climatológicos extremos: temperaturas superiores a los 44 grados centígrados, vientos de hasta 60 kilómetros por hora, y una orografía agreste que dificulta el acceso terrestre.
“Estamos combatiendo fuego en zonas de difícil acceso, donde no hay caminos y donde incluso los helicópteros tienen complicaciones para operar. Aun así, estamos coordinando brigadas con más de 190 elementos de diferentes niveles de gobierno y voluntarios”, explicó Navarrete Cuevas.
En Concordia, particularmente en la comunidad serrana de El Palmito, la respuesta comunitaria ha sido ejemplar. Vecinos y ejidatarios se han sumado al combate del fuego, apoyando con alimentos, transporte y labores de campo. En contraste, en zonas como El Potrero de los Medina, en Badiraguato, la falta de participación ciudadana ha sido un factor que complica las labores.
Desde la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable (SEBIDES), su titular Ruth Díaz Gurría advirtió sobre las consecuencias ecológicas de estos incendios:
“Los suelos de la sierra de Concordia pueden tardar hasta 40 años en recuperarse. Esto no solo afecta la biodiversidad, sino también a las comunidades que dependen de la tierra para actividades agrícolas y ganaderas. Sinaloa es actualmente el segundo estado del país con mayor superficie afectada por incendios forestales”.
Las autoridades han hecho un llamado urgente a evitar fogatas, quemas agrícolas sin control y actividades que puedan desencadenar incendios. También instan a las comunidades a colaborar con las brigadas, ya que el control de estos eventos depende en gran medida del trabajo coordinado con la población local.
Sinaloa el segundo estado con mayor superficie afectada por incendios forestales
Sinaloa se ha posicionado como el segundo estado con mayor superficie afectada por incendios forestales en todo el país en lo que va de 2025. Sin embargo, a pesar de la gravedad de la situación, es también una de las entidades que menos esfuerzo ha destinado al combate de estos siniestros.
De acuerdo con el Reporte Semanal Nacional de Incendios Forestales de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), hasta el 22 de mayo Sinaloa registró 55 incendios que arrasaron con 66 mil 635.93 hectáreas de bosques y vegetación. Esta cifra supera ampliamente a estados como Jalisco y Durango, que reportan 749 y 273 incendios respectivamente, pero con menor superficie afectada.
Solo Chihuahua supera a Sinaloa en impacto: con 409 incendios, ha perdido 75 mil 915.08 hectáreas de cobertura forestal.
Lo preocupante es que, pese a esta situación, Sinaloa ha destinado apenas 1,129 días-persona (es decir, jornadas individuales de trabajo) a labores de combate, cifra muy por debajo de otras entidades. En comparación:
- Chihuahua, líder nacional en afectación, ha aplicado 23,448 días-persona.
- Jalisco, con una afectación menor, ha destinado 23,253 días-persona.
- Oaxaca, en octavo lugar por superficie quemada, ha invertido 31,595 días-persona en la contención de incendios.
Además, el promedio de hectáreas afectadas por cada incendio en Sinaloa es de 1,212, lo que lo ubica como el segundo estado con mayor daño por evento, solo superado por Baja California, que promedia 1,458 hectáreas por incendio.
Al 27 de mayo, el Monitor Diario de Incendios de Conafor reportaba 11 incendios activos en Sinaloa. Cuatro de ellos se localizan en Badiraguato, dos en Concordia y dos más en San Ignacio. También se reportan siniestros activos en Cosalá, Culiacán y Sinaloa municipio.
Las cifras revelan un desequilibrio alarmante: mientras el fuego avanza sin freno en miles de hectáreas, la respuesta institucional aún no está a la altura del desafío. El llamado de las autoridades ambientales a redoblar esfuerzos y fortalecer la prevención es urgente.