Islas Marías, Nayarit. En el océano Pacífico, a poco más de 100 kilómetros de la costa de San Blas, se encuentra el archipiélago de las Islas Marías, un paraíso natural que por más de un siglo albergó uno de los penales más temidos de México. En 2019, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el cierre del complejo penitenciario para dar paso a un proyecto de transformación turística y cultural. Hoy, a más de dos años de su inauguración como destino turístico, el sueño de convertir las Islas Marías en un nuevo referente del ecoturismo nacional parece estancado.
Una inversión que no rinde frutos
La Secretaría de Marina, encargada del desarrollo y operación del complejo, destinó más de 282 millones de pesos para rehabilitar las instalaciones existentes, construir miradores, senderos, viviendas, un restaurante y ampliar la aeropista. Se dotó de internet, servicios básicos y mobiliario para recibir hasta 300 visitantes diarios.
Sin embargo, las cifras de afluencia no justifican la inversión. Entre diciembre de 2022 y diciembre de 2023, solo 6,164 turistas visitaron el complejo. Eso representa un promedio de apenas 17 personas por día, una ocupación menor al 6% de su capacidad.

El ingreso total por turismo en ese periodo fue de 29.5 millones de pesos, menos del 11% del gasto inicial. A pesar de ello, para 2024 la Secretaría de Marina solicitó otros 49.3 millones para construir un centro recreativo y ampliar el restaurante, con la esperanza de atraer más visitantes.
Transporte limitado y promoción escasa
Parte del problema radica en la dificultad para llegar al archipiélago. Actualmente, sólo operan dos ferris por semana, uno desde Mazatlán y otro desde San Blas, con capacidad para 150 personas. Recién en 2024 comenzaron a implementarse rutas aéreas desde Mazatlán, Tepic y San Blas, pero su cobertura y frecuencia siguen siendo limitadas.
A esto se suma una estrategia de promoción turística poco clara. Mientras destinos de sol y playa como Cancún o Vallarta invierten en publicidad y alianzas con operadores turísticos, las Islas Marías dependen casi exclusivamente de la difusión oficial y ocasionales notas en medios nacionales.

Personal sin experiencia y una oferta turística deficiente
Otro obstáculo se encuentra en el recurso humano. La propia Marina ha reconocido que no cuenta con suficiente personal capacitado en atención al turista. El servicio es limitado y no hay guías profesionales, actividades organizadas ni programas recreativos consistentes.
Los turistas que han visitado el lugar mencionan la belleza natural, pero también señalan la falta de servicios, la rigidez de los recorridos, y una sensación de «zona restringida» que contrasta con la promesa de un santuario abierto al público.
Un futuro incierto
Las autoridades esperan que los nuevos vuelos y la mejora de servicios impulsen la llegada de turistas en los próximos años. El estudio de capacidad de carga indica que podrían llegar hasta 1,500 personas por día sin dañar el ecosistema.
Sin embargo, alcanzar esa meta requerirá no solo infraestructura, sino también visión, planeación y un modelo de desarrollo sostenible que esté a la altura del reto. De lo contrario, las Islas Marías podrían convertirse en el ejemplo más visible de cómo un sueño bien intencionado puede naufragar en la realidad.

Un proyecto sin mucho plan
El proyecto turístico de las Islas Marías fue impulsado principalmente por el presidente Andrés Manuel López Obrador con una visión social, cultural y simbólica, más que económica:
🎯 1. Cerrar un capítulo penal histórico
Las Islas Marías funcionaron como colonia penitenciaria desde 1905, durante el porfiriato.
Fueron símbolo de aislamiento, castigo y represión durante más de un siglo.
El presidente AMLO buscó romper con esa herencia, clausurando oficialmente el penal en 2019 y transformándolo en un símbolo de reconciliación nacional.
🌱 2. Promover el ecoturismo y la educación ambiental
El proyecto se diseñó como un Centro de Educación Ambiental y Cultural Muros de Agua-José Revueltas, en honor al escritor y preso político que estuvo encarcelado ahí.
La idea era combinar turismo ecológico, historia y conciencia ambiental para promover el respeto por la biodiversidad y la memoria histórica.
🌎 3. “Devolver las islas al pueblo”
López Obrador expresó que el objetivo era que “la gente humilde y trabajadora pudiera conocer este lugar extraordinario”.
Se trataba de una democratización del turismo, alejándose de los destinos comerciales de élite como Cancún o Los Cabos.
🛠️ 4. Reutilizar infraestructura existente
El complejo penal tenía ya una infraestructura básica: casas, caminos, red eléctrica, aeropista, muelles.
En lugar de abandonarlo o demolerlo, se buscó reaprovecharlo con fines pacíficos y educativos.
En resumen, el proyecto no nació con un enfoque de negocio, sino como acto político, histórico y social. Sin embargo, al haber requerido recursos públicos significativos, hoy se enfrenta al escrutinio de su viabilidad práctica y económica.